Hace semanas que corté con uno de mis novios de toda la vida.
No creáis que ha sido una ruptura fácil, no. Yo estaba muy encaprichada de él desde que empecé la carrera, pero era una de esas relaciones toxicas en las que sabes que tienes que dejarlo porque te hace daño pero eres incapaz no ir a buscarle…
Si, hace semanas dejé de ser dependiente del café.
Y cuando digo dependiente lo digo firmemente porque durante años no he sido persona por las mañanas hasta que me tomaba un café. Pero ese no era el problema.
Durante épocas de mucho estrés he sido capaz de tomarme hasta 6 cafés sin pestañear. Y no, no me preguntéis que si no me afectaba al estómago porque como un adicto fui aumentando la dosis hasta llegar a las taquicardias en días de mucho agobio en el trabajo así que, con mucho dolor, lo tuve que dejar. Al menos con ese ansia.
Una vez tomada la decisión tenía claro que necesitaba seguir sintiéndome activa por las mañanas así que poco a poco he ido aficionándose al té y debo deciros que ahora no lo cambio por nada del mundo.
Beneficios del té frente al café
– Una de las enormes ventajas que he notado es que normalmente antes siempre me acababa doliendo la cabeza al final del día y según mi médico de cabecera esto se podía deber a la elevada cantidad de cafeína que mi cuerpo soportaba diariamente.
Lo bueno del té es que, en proporciones similares, una taza puede llegar a tener la mitad de cantidad de cafeína saciando así mi ansiedad (porque sigo bebiendo) y activando mi cerebro sin suturarlo. Además lo tengo comprobado. Ya no me duele la cabeza.
– También he dejado de beber mucha leche y la he sustituido por agua. Supongo que no hace falta que os diga los beneficios de beber agua pero realmente me siento mucho mejor y creo que en parte es por dejar de consumir tantos lácteos en mi día a día.
– He leído que las variedades de té contienen más antioxidantes que los que contiene el café molido.
Como una de las cosas que más me preocupaba era la comodidad en el día a día en la oficina me puse a buscar una taza perfecta que siguiera mi ritmo y encontré esta maravilla en Teterum, ya no lo tiene pero tenéis uno muy parecido aquí.
Cuando tomaba café no era necesario mucho ya que tenemos máquina de cápsulas y como me gusta con leche fría me lo bebía en medio minuto pero con el té todos sabemos que hay que esperar un poquito a que se hiciera bien la infusión.
Esta taza es extraordinaria ya que tiene un compartimento que, al cerrarla, mantiene el té en contacto con el agua pero sin que llegue a la boca a la hora de beberlo. Igualmente es antiderrame pudiéndolo poner, si quisiéramos, incluso boca abajo y su doble pared hace que nunca nos quememos al cogerla pese a que el agua esté hirviendo.
Encontrarla y animarme a probarla ha sido lo mejor que me podía pasar.
En resumen, estoy super contenta con mi nueva afición, con todo lo que voy aprendiendo sobre el té y sus beneficios día a día y, por supuesto, con mi nueva taza 🙂
Y vosotros ¿Os animáis a ser fieles al té?
Hola Clara, muy buena opción cambiar el café por té. Yo soy café adicta. Me encantaría que me gustara el té pero es que no me gusta. Las infusiones sí, el té me para amargo. ¿Alguna sugerencia? El chai té latte sí que me gusta.
Un saludo.
Patri.
Pues mira a mi los que más me gustan son las infusiones Rooibos. Son super suaves y tiran a más dulces. Empieza por esas 😉 Ya me contarás.
Hola Clara he estado visitando la página de teterum xq sería un gran regalo la taza, pero no logro localizarla.
Toda la razón, lo acabo de modificar porque ya no lo tiene pero mira he encontrado uno muy similar en Amazon http://amzn.to/2jn8vEB 🙂
Muchas gracias