El invierno está a la vuelta de la esquina y ya se empieza a sentir la bajada de las temperaturas y, por consiguiente, el frío y el viento que las acompaña. Por tanto, llega el momento de prestarle especial atención a la piel de nuestros niños y niñas, independientemente de la edad que estos tengan. Pero, en ocasiones, no sabemos muy bien cómo actuar frente a determinados problemas en la piel, por lo que en estos casos la mejor solución es acudir a una clínica de dermatología privada Barcelona (si vivís por la zona, por supuesto) y preguntar por directrices. Sin embargo, lo primordial es tener mucho cuidado y prestar atención.
Cómo cuidar la piel de los niños en invierno
Los agentes climatológicos suelen ser los que más afecten a la piel de los niños, especialmente a la de los bebés, pues hasta los 12 meses de vida la piel de estos no logra su completa adaptación al exterior. Pero la calefacción también es una de las principales consecuencias de la aparición de irritaciones y descamaciones, por lo que es preciso mantener el cuerpo del niño en un ambiente agradable así como limpiar e hidratar la piel con productos específicos. Lo más idóneo es decantarse por un jabón con pH neutro que no dañe aún más su piel. Recuerda que su piel es alrededor de un 30% más delicada que la de un adulto y necesita mayores cuidados.
En cuanto a la hidratación, es oportuno elegir productos adecuados para el tipo de piel del niño y que sean ricos en nutrientes y sin parabenos. Lo más habitual es utilizarlas después del baño de forma periódica para humedecer las zonas afectadas o para prevenir la aparición de sabañones y rojeces. Las cremas deben ser de rápida absorción y textura ligera. Por otra parte, según los expertos en dermatología infantil, es importante que los niños no se queden encerrados en casa ya que necesitan respirar aire fresco, pero sin olvidar que debemos abrigarlos bien con el objetivo de cubrir la mayor parte del cuerpo del niño.
En cualquier caso, hay zonas que en determinadas situaciones son imposibles de cubrir y se encuentran más expuestas a los factores invernales como la cara, los labios, las orejas y las manos. Por este motivo, es conveniente recurrir a una crema hidratante específica con mayor densidad para esta época del año y que, además, contenga protección contra los rayos ultravioletas, los cuales inciden de manera directa incluso en invierno. Asimismo, ya que los labios tienden a resecarse mucho, es conveniente hacerse con un buen protector labial que los dote de protección e hidratación a lo largo del día y usarlos las veces que sean necesarias.
Por otra parte, la alimentación es clave para el cuidado de la piel de los niños, pero también de los adultos. Beber la cantidad de agua recomendada, es decir, dos litros diarios, ayudará a evitar que se deshidraten y al mismo tiempo que su organismo funcione de manera óptima con una piel hidratada. En cuanto a la alimentación, es importante que los alimentos sean ricos en vitaminas y antioxidantes con el fin de preservar el sistema inmunológico de los bebés y de los niños, manteniendo la piel cuidada desde el interior. Cuidar la piel de los niños en invierno es más sencillo de lo que resulta, especialmente si se han tomado medidas
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