Este fin de semana teníamos una misión: ¡Juan necesitaba un corte de pelo! No creáis que es tarea fácil porque si Jimena quiere imponer su criterio con la ropa, Juan se autorreafirma con el cabello.
Resulta que Juan quiere tener el pelo largo y no le gusta que se lo cortemos pero, sí o sí, le hacía falta. Como el corte en sí no era precisamente un aliciente –antes al contrario–, teníamos que echar mano de otros recursos para convencerle…
Cómo conseguir que Juan se corte el pelo y lo disfrute
El primer paso de la misión Juan, hijo, te tienes que cortar el pelo era saber dónde ir porque encontrar peluquerías para niños que lo hagan bien no es sencillo. La última vez que Juan se cortó el pelo no nos convenció, así que tocaba cambiar.
Como íbamos a dar una vuelta por El Saler, aproveché para informarme de las peluquerías que había allí y nos apetecía probar los servicios de Ébanni. Ya habíamos oído hablar muy bien de ellos y cubrieron con creces nuestras expectativas.
La primera impresión te hace pensar en un sitio moderno, de espacios amplios y diáfanos donde desde el minuto uno te sientes comodísima, y los niños también. Se nota que tienen maña con los niños, algo que se agradece un montón, así como que estén al día de las tendencias.
Juan, pese a estar serio al principio porque, como os digo, no quiere cortarse el pelo, acabó entregado a la charla con Eric, el peluquero que le atendió. Sobre todo al final, cuando le lavaba la cabeza suavemente al tiempo que el sillón le proporcionaba un suave masaje. ¡Así cualquiera, ¿no os parece?!
Podéis encontrar a Eric y el resto de peluqueros y peluqueras de Ébanni en la planta que da a la calle, cerca de la entrada de Carrefour.
Luego, con nuestra misión cumplida, nos quedamos a ver el teatro que hacían para rematar la tarde. Vimos El Gato con botas, de la mano de Serpentina, y fue un acierto.
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