Cuando yo era pequeña, mis padres no nos dejaban salir a la calle a la hora de la siesta. Entonces me parecía un fastidio pero ahora adulta lo entiendo perfectamente: son horas de fuerte incidencia solar y los niños tienen que estar a cubierto, y, además, debemos respetar el descanso de los vecinos por una buena convivencia.

Como mis hijos tampoco son de dormir tras la comida, he recurrido a la misma técnica de mis padres: era la hora de hacer los cuadernos de verano pero, claro, los tiempos cambian y no quiero tener a Juan y Jimena haciendo deberes. ¿Qué hacer entonces?

Pues recurrir a los cuadernillos Rubio de toda la vida pero actualizado a los nuevos tiempos. Mira que es difícil entretener a los peques y que no sientan que están aprendiendo… Pues Rubio lo consigue 🙂

Cuadernillos Rubio – Mandalas para niños

Los cuadernos Rubio – Mandalas son una opción para pasar con los niños un rato entretenido y en los que primen la concentración y la tranquilidad, perfecto para ese momento en que los mayores (que pueden) duermen.

Son tres cuadernos didácticos para niños y niñas de entre tres y cinco años basados en el aprendizaje a través de la diversión y el entretenimiento, que como os decía es la mejor manera de que nuestras hijas e hijos aprendan en la etapa de Infantil.

El contenido de cada cuaderno está adaptado a las necesidades educativas de cada año de esta etapa y persigue estimular la concentración e imaginación de los peques.

Detrás de los Mandalas Rubio hay toda una filosofía oriental que bebe directamente de la ancestral técnica de relajación y estimula la expresión y la comunicación de las emociones, a través de los colores.

Y como a mis hijos les encanta pintar ha sido todo un descubrimiento ¿los conocíais?

Cuadernos Rubio – Mandalas para niños, ¿en qué consisten realmente?

El dibujo generalmente de forma circular y con gran detalle interno aporta múltiples beneficios para los peques: fomenta la atención y la concentración, desarrolla las habilidades psicomotrices finas, potencia la imaginación, y ayuda a la expansión de la creatividad y el sentido estético.

La idea es que los peques dediquen el tiempo que quieran a cada una de las plantillas, sin prisas ni plazos, de manera que también les sirva como una burbuja de paz en la que trabajan en un entorno tranquilo y relajado.

Mis hijos poco a poco van mejorando el trazo. Sólo tenéis que ver el dibujo de arriba de Jimena ¡Ya lo hace súper bien!

Cada uno de los mandalas incluye ejercicios didácticos sobre temas variados ya vistos durante el curso, de modo que cubren también la idea clásica de refuerzo: los animales del bosque, el espacio, los instrumentos musicales, los piratas, los indios o el circo, entre otros.

Las distintas páginas pueden colorearse con distintos materiales (lápices, rotuladores, témperas o ceras), completarse con más dibujos, decorarse con elementos de la naturaleza (hojas, flores, conchas…) como si de una manualidad creativa se tratara e incluso recortarlas para colgarlas en la pared de la habitación. ¡Dejad que saquen al artista que llevan dentro!

Además, si os fijáis en los colores que utilizan vuestros hijos os servirá también de guía para detectar sus estados de ánimo.

Cuadernos Rubio

De la empresa Cuadernos Rubio no tengo que contaros nada, ¿verdad?

Lleva más de 60 años acompañando el aprendizaje de competencias básicas como la escritura y el cálculo. Esta nueva línea aglutina su experiencia con un compromiso en busca de la renovación e innovación continuas.

Pero mucho mejor que daros más información sobre los cuadernos de mandalas es contaros la experiencia real de mis hijos. Como veis en las fotos, Juan y Jimena se lo pasan pipa con sus mandalas y ¡hasta yo he acabado pintando alguno!

Contadme, ¿vosotras sois partidarias de cuadernos de verano para niños y niñas?