Tengo un secreto es un cuento. Bueno, rectifico, es mi cuento. Efectivamente he escrito un cuento y, como de un hijo se tratara, estoy muy orgullosa de él. 🙂

La historia está relacionada con la vuelta al cole y la adaptación de los primeros días de los más pequeños. Volver al colegio es un momento muy importante para los niños y los adultos que les quieren pero no siempre es fácil.

Hace unos años Jimena lo pasó fatal. Pese a que no era su primer año – de hecho ya llevaba en el cuerpo 2 años de guardería y 2 de colegio – lloraba desconsoladamente a la entrada del colegio.

A mi me pilló totalmente ya que nunca me lo había hecho y no sabía exactamente cómo gestionarlo para poder ayudarle. Además, supuso una carga emocional para todos enorme ya que no lloraba de rabia o de nervios. No, Jimena lloraba en silencio y solo repetía que nos iba a echar de menos.

Cuento Tengo un secreto

Es un cuento que ayuda a pequeños y mayores a superar la separación de la vuelta al cole emocionalmente.

De forma muy sencilla y dulce cuenta la historia de Nicolás que vuelve al colegio después de mucho tiempo. Sabe que en él le esperan muchos amigos y miles de aventuras pero tiene una sensación extraña y no quiere separarse de su mamá.

Pero Nicolás tiene un secreto que le ayudará a ver las cosas de otra manera. ¿Qué será? 😉

¿Para quién está recomendado este cuento?

Como te puedes imaginar este libro es perfecto para niños que están en edad escolar de infantil y primeros años de primaria. Es en estas etapas donde les podemos ayudar con recursos como el cuento Tengo un secreto que aporta un ancla emocional no sólo para los pequeños sino para nosotros también.

Porque sí, nosotros lo pasamos fatal y no sabíamos como poder ayudarle más allá de decirle que no pasaba nada. Pero sí que pasaba.

De nada sirve decirle a los niños que algo es normal o que es una tontería y que debe superarlo porque para ellos si que es importante.

Sentir miedo, ansiedad, pena o tristeza es un sentimiento al cual todos nos debemos enfrentar. ¿Nos gustaría que nos dijeran si lo sentimos que no pasa nada? No.

Por eso cuando los niños sientan miedo, tristeza, rabia… durante la adaptación tenemos que  comprenderles, no negarles esas sensaciones y darles una posible herramienta emocional puede ayudarles en el proceso.

Un proceso que trasciende a lo puntual del momento y que puede suponer una serie de aprendizajes fundamentales consigo mismo, hacia los demás y hacia el entorno de la escuela.

Espero de corazón que te guste si lo lees y que me des tu opinión

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