El Rey León (Rob Minkoff y Roger Allers 1994) es el clásico nº 32 de Walt Disney Animation Studios y es, para mí, una de las mejores películas de animación de la historia del cine.

Desde que en 1937 el público quedara impresionado con Blancanieves y los 7 enanitos han sido muchos los éxitos cosechados por Disney pero sin duda fueron los años 90 cuando la factoría dio salto cualitativo enorme y nos dejó películas tan excepcionales como La Sirenita, La Bella y la Bestia y, por supuesto, El Rey León.

La historia transcurre en la sabana africana donde vive Simba, un pequeño león heredero del trono del Rey de la selva. Sin embargo, al ser injustamente acusado por su malvado tío Scar de la muerte de su padre, se ve obligado a huir y exiliarse.

Simba crecerá en su destierro acompañado de dos buenos amigos, Timón y Pumba, que, con una filosofía muy especial de vida, cuidarán de él hasta que decida regresar a enfrentarse con su pasado y recuperar el trono que legítimamente le corresponde.

Será por su historia épica, sus personajes carismáticos, su banda sonora extraordinaria, su guión estructurado… La cuestión es que, se mire por donde se mire, el Rey León es lo que se conoce como un señor peliculón.

Con una inversión inicial de 45 millones de dólares se convirtió inmediatamente en un éxito en las taquillas de todo el mundo convirtiéndose en una películas más productivas de la historia (más de 800 millones recaudados)

Una de las peculiaridades de esta cinta es que por primera vez el guión de una película Disney no incluía un solo personaje humano.

He leído en varios blogs que se han llegado a contabilizar más de 20 especies de animales sin contar con las de insectos. Todo un trabajo de campo que obligó a parte del equipo a viajar a Kenia para observar, grabar y estudiar durante semanas los movimientos de los animales y así hacer posteriormente una reproducción lo más fiel posible. Y vaya si lo consiguieron.

Y no hablemos de la banda sonora original creada por Hans Zimmer (ambientes), Elthon John y Tim Rice (composición y letra) ¡Quién no se sabe de memoria la letra de Hakuna Matata  o  Can You Feel The Love Tonight!

Personalmente no sólo me la sé de memoria sino que recuerdo perfectamente cantarla en el coche con mis padres cuando la tecnología no permitía ver películas en el coche cuando se viajaba con niños y la imaginación era la mejor herramienta de entretenimiento.

Otro dato curioso que podemos destacar es que, como pasara en Tarzán, esta película tiene dos de las muertes más violentas de sus clásicos la de Mufasa y Scar. De hecho era la segunda vez que Disney enfrentaba a su público infantil a una muerte tan dolorosa como la de perder a un padre porque… ¿Quién no recuerda la muerte de la madre de Bambi?

Si a esto le añadimos que en El Rey León es la venganza y la envidia lo que mueve la tragedia el dramón y el enganche del espectador está más que servido.

Pese a que hay varias corrientes negativas por la fuerte «carga moral» de la película lo que es indiscutible es que se adelantó a su tiempo, por muchas razones incluso por incluir algunas escenas que parecen estar pensadas para su conversión al 3D.

Tan sólo en 1995 la película consiguió 2 Oscars, 3 Globos de Oro y 2 Bafta, entre otros premios, lo que confirmaban lo que todos sabían que Disney había conseguido una vez más crear una verdadera obra maestra y que hay que ver, al menos, una vez en la vida.