Esta semana ha sido el primer día de cole de Juan y Jimena, e imagino que en muchas de vuestras casas también se han mezclado las ganas de seguir de vacaciones con la ilusión por volver a reunirse con sus compañeros y compañeras, ¿verdad?
La vuelta al cole no es sólo cosa de los niños. Libros, uniformes, calendarios, menús… Llevo días recordando el curso pasado y las muchas situaciones que pasamos y una nota mental me ha cruzado por la cabeza: ¡Ojo con las mates!
El año pasado a Juan le costaron un poquito y es algo que quiero empezar a vigilar desde el principio. Sí, ya sé que es la primera semana pero… ¡más vale prevenir! Las matemáticas son una constante en nuestras vidas, aunque las tengamos tan integradas que nos pasen desapercibidas, y lo serán aún más en el horizonte de nuestros hijos, convertidas en la esencia de muchas profesiones futuras. ¿Cómo hacer que les guste como leer o escribir?
Y es que las matemáticas están en todas las situaciones de la vida. Cuando les pedís a los niños que pongan la mesa, tienen que contar cubiertos y servilletas, o cuando comparten el postre y les damos media manzana a cada uno… ¿no son eso fracciones?
También las formas como círculos, cuadrados o triángulos forman parte de las matemáticas. Podemos, por ejemplo, invitarles a descubrir círculos en los elementos que encontramos por la calle de camino al cole o triángulos en los alimentos mientras preparamos la cena.
Así las convertimos en un juego y, como pueden practicarlo en cualquier parte, los niños lo integrarán en sus rutinas sin darse cuenta y siempre tendrán presentes las matemáticas.
Y es que lo mejor es aprender jugando y, como ha descubierto la neurociencia recientemente, que haya una emoción que fije el aprendizaje en la memoria. Si encima se incorpora el movimiento (por eso lo de aprovechar el camino al cole, sobre todo si vais andando), ya llegamos al aprendizaje ideal.
Matemáticas para niños: Aloha Mental Arithmetic
Aparte de estas ideas, lo cierto es que nunca está de más una ayuda. Y cuando me he puesto a buscar, me ha llamado la atención el programa Aloha para el entrenamiento matemático. Este sistema de actividades extraescolares basa su metodología en el juego, la creatividad, el movimiento y el trabajo colaborativo. ¡Justo lo que os estaba contando!
Además, las clases las dan docentes que tienen presentes la sorpresa, la curiosidad y la motivación para que disfruten aprendiendo, y las dividen en cuatro grandes bloques:
- Matemáticas divertidas para ser los mejores en mates: Aritmética mental, cálculo con ábaco y cálculo con manos.
- Juegos de inteligencia, que son actividades pedagógicas y divertidas para disfrutar del aprendizaje.
- Retos mentales para poner a prueba el pensamiento lógico y la capacidad de análisis.
- Misiones especiales: El factor sorpresa para sacar lo mejor de sí mismos en cualquier momento.
De hecho, en los testimonios de padres y madres que ya llevan a sus hijos a Aloha, confirman que sus hijos están contentos con las clases e incluso varios señalan que sus hijos e hijas hacen cálculos mentales con más velocidad que ellos mismos. ¡Eso me pasará a mí!
El corazón del aprendizaje del cálculo en Aloha es tan antiguo como revolucionario: el ábaco. ¿Os suena? Podríamos decir que fue la primera aproximación de la historia a la calculadora. Sirven para hacer sumas, restas, multiplicaciones, divisiones, potencias, raíces cuadradas y operaciones combinadas.
Hay varios tipos de ábacos y el más evolucionado es el conocido como Ábaco Soroban, que es el que utilizan en este programa. Yo no lo conocía pero me ha parecido muy interesante, así que no os perdáis el vídeo:
A partir de 3 años: Kitsune
Para los más pequeños de la casa, en The Brain Factory ofecen la extraescolar Kitsune, pensada para despertar la curiosidad de niños y niñas a partir de tres años y que se trabaja a partir de materiales diseñados por la Universidad de Oxford.
Tratan de hacer comprensibles las matemáticas para un niño de 3 años con las matemáticas manipulativas y, a la vez, desarrollan otras habilidades como la psicomotricidad y la inteligencia emocional. La intención es sentar muy bien la base para que, en adelante, los peques no tengan ningún problema con los números.
Vamos, justo lo que os decía que busco para Juan. ¿Entendéis por qué me he quedado tan impresionadas ¡Este año las matemáticas van a ser nuestra asignatura favorita! O, al menos, lo intentaremos. 😉
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