La alimentación de mis hijos es, evidentemente, una de nuestras mayores preocupaciones como padres. Mi marido y yo creemos firmemente que involucrarnos en ella y ofrecerles una alimentación sana y equilibrada forma parte de su educación y hace que les procuremos un futuro mejor.
Por eso es todo un honor contar en el blog con la colaboración de Violeta Vila Atienza, Dietista-Nutricionista e investigadora de la Clínica Universitária de Nutrición Actividad Física y Fisioterapia de la Universidad de Valencia.
Violeta nos contará cómo podemos ofrecer una alimentación saludable a los niños durante el periodo de crecimiento y cómo esto no solo ayuda a que se desarrollen mejor, sino que está directamente relacionado con la prevención de ciertas enfermedades asociadas al sobrepeso y la obesidad.
Como experta Violeta sabe que muchas veces tenemos la incertidumbre de saber si estamos proporcionándoles los alimentos más adecuados así que nos irá contando pautas para ayudarnos a organizarnos y entender qué es lo mejor para nuestros pequeños… Empecemos con los almuerzos y las meriendas.
Fruta: ¿entera o en zumo?.
Cuando le ofrezco a un niño un zumo, le estoy dando el doble (o quizá más, depende de las unidades que haya utilizado en su elaboración) de azúcar que en una naranja; menos de la mitad (prácticamente nada) de fibra (que si para los mayores es importante para ellos también lo es); y sobre todo, estoy consiguiendo que tome un alimento muy denso a nivel nutricional sin que se sacie, únicamente por el hecho de ser líquido.
Si vamos un punto más allá, con las prisas que todos tenemos, y ofrecemos un zumo comercial envasado es bastante probable que estemos añadiendo todavía más azúcar y restando fibra.
Desde hace poco tiempo, a estas opciones se ha sumado algo así como unos sobrecitos-cantimplora rellenos de compota de frutas. ¿Qué nos ofrecen en este caso? Un pelín menos de azúcar que los zumos comerciales (aunque no mucha menos y depende del fabricante) y prácticamente la misma cantidad de fibra.
Disponemos entonces de tres maneras diferentes de ofrecer fruta a nuestros hijos, ¿con cuál de las tres nos quedamos? Desde luego, donde esté una fruta entera, que se quite lo demás.
Podemos ofrecerlas en forma de macedonia, como una brocheta de frutas, simplemente cortada en trocitos,… ¡hay mil formas de prepararla! Y ¿cómo podemos motivarles? pues podemos probar a involucrarles en el proceso de pelarla y cortarla, para que aprendan y lo incorporen como un hábito más.
Lácteos
Leche, batidos, flanes o natillas (y otros postres lácteos), yogures… La diferencia entre ellos sería la grasa que pueden llegar a contener en función de si son enteros, semidesnatados o desnatados, además del azúcar que se les añade a algunos de ellos en su elaboración.
De cualquier modo, cuando nuestros pequeños se van haciendo mayores y pueden empezar a tomar leche de vaca, no existe ningún beneficio en darles leche entera, estaría mejor que nos decantáramos por la semidesnatada o incluso la desnatada. Los batidos comerciales y los postres lácteos habitualmente están elaborados con leche entera y les añaden bastante azúcar también, por lo tanto no serían opciones muy saludables, siendo mejor un vaso de leche (semi o desnatada) o un yogur. (cuanto menos azucarado y graso sea, mejor)
¿Bollería o bocata?
Una de las opciones más socorridas suele un paquete de galletas, una magdalena, un bollito,… Aunque estén hechas en una panadería de confianza o incluso las hagáis vosotros mismos, no nos debemos de olvidar que en todos los casos tienen más grasa (mantequilla o aceite) y más azúcar que un trozo de pan relleno con una loncha de fiambre (salvando las diferencias entre los fiambres).
El pan es un alimento básico en el día a día de los más pequeños (y de los más mayores) que está hecho con harina, agua, levadura y sal, por lo tanto con una cantidad prácticamente inexistente de grasas y azúcares.
Siempre será de mejor calidad si es de barra, normalmente los panes de molde tienen un poquito más de grasa para que se conserven durante más tiempo.
En el caso de los fiambres, siempre hay opciones mejores que otras: por ejemplo el jamón serrano, el jamón york, el lomo embuchado y el fiambre de pavo tienen mucho menor contenido graso que el chorizo, el salchichón, la mortadela, el fuet, el paté o la sobrasada. Pero ¡ojo con el pavo! os recomiendo que miréis las grasas… os sorprenderá.
Todas estas recomendaciones no significan prohibir, sino moderar, es decir, los niños pueden consumir de todo, tan sólo se trata de mantener un equilibrio tratando de ofrecerles un mayor número de veces las opciones más saludables y de mejor calidad dentro de cada uno de los grupos de alimentos que hemos estado viendo.
Enseñarles cuando son pequeños que existen alimentos que se deben tomar de forma ocasional y con moderación es muy positivo para su crecimiento, su desarrollo y en definitiva para su salud a corto y a largo plazo.
Violeta Vila Atienza. Dietista-Nutricionista Col. CV00289
Muy pero que muy interesante. Entonces la fruta esta embasada de Hero nanos…eso que tal?
Hola María,
Cuando hablo de los «sobrecitos-cantimplora» me refiero precisamente a esos productos. Son prácticamente iguales a nivel nutricional que los zumos comerciales envasados, es decir, muy ricos en azúcares y muy pobres en fibra. No ofrecen ninguna ventaja.
Como decía, siempre es preferible ofrecer fruta de forma entera, es mucho más saludable, desde luego!
Muchas gracias por tu interés! Un saludo,
Violeta.
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