Vivir cerca de la playa es una maravilla, al menos eso es lo que pensamos en casa. Da igual el tiempo que haga, siempre ponemos alguna excusa para acercarnos a pasear y que los niños respiren la brisa marina y ¡que se pongan de arena hasta las cejas!, sobre todo J.

No importa si hemos quedado a comer y tenemos que ir medio decentes, es ver la playa y J necesita bañarse. – ¡Pero hombre, si estamos a 6 grados!, le decíamos este invierno. «No importa mamá es un poquito».

Evidentemente entonces tan solo probó el agua con las manos y la romántica idea de bañarse en invierno se esfumó entre risas pero el otro día el termómetro marcaba 22 grados y, claro, la cosa cambió.

Empezamos jugando en la arena haciendo montañitas mientras yo sufría porque no se mancharan demasiado y llegaran decentes a comer con unos amigos.

Los dos estrenaban un conjunto precioso de la nueva colección primavera verano de Mayoral. Como veis ambos iban semi conjuntados y con prendas de aire navy perfectos para la ocasión 😉

Pese a que me encantan todas las prendas (claro, las he elegido yo ) esta camiseta de rayas con bordado me tiene totalmente enamorada. De hecho la querría para mi.

Cuando la ví en la web me pareció preciosa por delante pero cuando descubrí la espalda no quería ver ninguna más y es que esa abertura con la entretela y el lacito me parece de lo más bonito que he visto esta temporada. Así que Jimena este verano la lucirá en azul y en rosa. Menos mal que sólo estaba en dos colores, no os digo más. 😉

Además Mayoral es una de mis marcas predilectas a la hora de buscar ropa para los niños por su excelente relación calidad-precio y por los detalles de sus prendas.

Y cuando digo detalles me refiero a que TODO está mimado. J se moría de la risa al ver que los bolsillos internos de su pantalón estaban hechos con una tela estampada de piñas de hecho le tuvimos que convencer de que no se los podía poner al revés para que las piñas se vieran.

Al ratito de estar haciendo montañitas J quiso acercarse al mar para jugar con la arena mojada que todos sabemos que mola más. Cauta de mí le quité los zapatos porque me temía que en un arranque de emoción nos tocara volver a casa a por otros.

Jimena no paraba de mirar a su hermano con cara de ¿por qué estamos haciendo esto? mientras J le explicaba los beneficios de hacer las montañitas con arena mojada.

«Ves Jimena», proseguia J con su clase magistral, «el agua viene por ahí y moja la arena».

Tras dicha explicación de la naturaleza, sencilla donde las haya, y tras decir la palabra mágica «agua» llegó la pregunta temida: ¿me puedo mojar los pies?… y yo ya me veía en el coche camino a casa… pero no 😉

Pese a que tuvo un momento valiente fue precavido y no se mojó más que un poquito los pantalones mientras Jimena le observaba a lo lejos asombrada.

Al final todos llegamos perfectos a nuestra cita y sin rastro de la aventura vivida. La verdad es que viendo disfrutar así a los niños en el aire libre apetece que llegue el verano pronto. 😉 ¿No os parece?