Este verano hemos tenido unas vacaciones familiares maravillosas. Estuvimos con los abuelitos, visitamos a amigos, fuimos a museos, comimos platos típicos… ¡Incluso pasamos frío!

Eso sí, hicimos más de 3.000 kilómetros viajando en coche con los niños y, desde que salimos de Valencia, fuimos a ciudades tan dispares climatológicamente como Sevilla, Asturias o León. Del calor sofocante a dormir con edredón pasando por la lluvia de los Picos de Europa ¿Os imagináis la obra de ingeniería que supuso hacer las maletas? Una locura.

Así que, para que no nos faltara de nada, me tiré una semana preparando sobre todo la maleta de los niños y eligiendo muy bien qué metía ¡Ay si el maletero de mi coche fuera infinito!

De todo la ropa que nos llevamos al viaje hubo un conjunto que utilizamos en todas las situaciones y que una vez más me ha confirmado por qué Neck and Neck es una marca de moda infantil imprescindible en el armario de mis hijos temporada tras temporada.

Una de las cosas que más me gusta de esta marca es que permite combinar a los niños sin ir exactamente iguales. Además en todas sus colecciones hay varias prendas para poder combinar, es decir, la camisa que lleva Jimena estaba también en vestido y en lugar de haber elegido la camisa de J también podía haberle comprado un polo en el mismo color.

Diseños sencillos y super ponibles no sólo con el resto del conjunto sino por separado. Si os dais cuenta las camisas las podemos combinar con vaqueros o los pantalones con otras camisetas más todoterreno y seguiremos teniendo looks para cualquier ocasión ¡Son un fondo de armario perfecto!

De hecho en estas fotos no sale pero teníamos una chaqueta y un suéter en el mismo color mostaza de los pantalones que conjuntados con camisetas blancas quedaban de maravilla.

Respecto a la calidad de las prendas qué queréis que os diga 100% algodón y lino ¡Están como nuevas! Además si hay algo que no nos gusta es coartar a los niños por lo que llevan puesto y creo que en las fotos queda demostrado.

Los campos que veis son de un pueblito pequeño de León donde mis hermanos y yo pasamos eternos veranos en familia y donde este año mis hijos han disfrutado como locos. Bueno y quitando que a Jimena eso de subirse en la bala de paja no le hacía ninguna gracia podéis ver que en esos sitios no hace falta mucho más para pasar una tarde de aventuras. 

El año que viene repetiremos seguro tanto en destino como en marca para los peques. ¿Alguien se apunta? 😉