Supongo que si estás leyendo estas líneas es porque eres madre primeriza o estás a punto de serlo así que: enhorabuena, vas a ser mamá.
Si. Mamá. Da vértigo, ¿verdad?
Y es que son muchas las preguntas que te haces cuando eres madre primeriza. Algunas seguro que son meramente prácticas y corresponden a intentar averiguar cómo se hacen las cosas en general: ¿cuanto tardan en…? ¿es normal que…? ¿qué pasa si…? ¿se hace así? Y un largo y eterno etcétera.
Déjame que te diga que mi hijo mayor tiene 5 años y a día de hoy sigo encontrándome con preguntas de ese estilo. Incluso con mi segunda hija muchas desaparecieron gracias a la experiencia pero encontré muchísimas otras así que no desesperes, lo harás bien.
De hecho, este blog nació para intentar ayudar a otras madres que, como yo, buscaban información. Pero, y lamento profundamente decirte esto, es posible que lo que me funcione a mi y te cuente en el blog no encaje contigo o con tu familia así que si no te sirve deberás seguir buscando.
Porque si hay un consejo para madres primerizas que me gusta dar es que tienes que tener muy claro que nada de lo que te cuenten otros será una verdad absoluta y deberás ser tú quien acabe por encontrar “lo mejor” ¿mola eh?
Y por “otros” me refiero a familiares, amigos, vecinos, conocidos, profesionales, libros, revistas, blogs y un larguísimo etc.
Es decir, que no sabes que es “lo mejor” para tu peque, buscas información o preguntas a quien te rodea, lo pruebas y no te sirve. Pero ¿cómo es posible que a otra le funcione y a mí no? Pues si, y no pasará nada.
Ser “madre primeriza” es el equivalente a “se terminó tu vida”
Ahora bien, mucho se ha hablado últimamente sobre si la maternidad acaba con la “calidad de vida” y, bajo mi punto de vista, esta afirmación tiene tanta verdad como mentira porque ser madre es algo indescriptible pero no es fácil.
Ni al principio, porque a todas las incertidumbres normalmente se les suma el cansancio, las molestias del parto, las hormonas, los miedos…, ni después, cuando ya tienes eso superado pero llegan otros como el fracaso escolar, las normas de convivencia o el camino hacia la autonomía… ¡Viva la maternidad!
No obstante, y esta es la parte positiva, hay una mentira también escondida en esa afirmación.
La maternidad es el precio a mi felicidad
Pues si. Ser madre hace que se transforme tu vida. Antes era de una manera y ahora va a ser de otra. Para mí, ni mejor ni peor, sencillamente diferente.
Hay personas a las que ese cambio les supone ser menos felices o vivir con la seguridad de que antes estaban mejor. Es posible.
Otras, en cambio, aseguran que no han conocido la verdadera felicidad hasta que fueron madres y que se sienten plenas. Es posible.
Yo sólo te puedo decir que para mí no hay nada mejor ni más difícil que ser madre.
Mentiría si no te dijera que hay placeres a los que he tenido que renunciar por ser madre pero también te diría que no lo cambio por nada.
Del mismo modo mentiría si no te dijera que mis hijos son lo mejor del mundo pese a que hay días en los que creo que no voy a poder más.
Entonces ¿cuál es la conclusión? ¿se pierde calidad de vida? ¿es lo mejor que te ha pasado? ¿cómo se resuelve el misterio? Pues querida madre primeriza, no hagas caso a ninguna de las opiniones porque, como cualquier etapa de la vida, irás descubriendo tu verdad por este maravilloso y dificultoso camino que es la maternidad.
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