Smallfoot (Karey Kirkpatrick y Jason A. Reisig, 2018) es la última superproducción de  Waner Bros. Pictures y un musical digno de ver.

A mí, que ya tengo una cierta edad (soy del 81), me encantan las películas de animación a veces echo de menos aquellas producciones increíbles de la época dorada de los años 80, 90 y principios del siglo XXI donde teníamos producciones de animación llenas de música que marcaban a generaciones enteras de niños por una u otra razón.

En títulos como La Sirenita, Happy Feet, El Rey León, La Novia Cadáver… la música se convertía en coprotagonista indiscutible y nos dejaba, además de buenas historias, un ritmo en el cuerpo difícil de olvidar. Todo este rollo te lo suelto porque en los últimos años, a excepción de Frozen, no he vuelto a tener esa sensación hasta que vi el otro día con los niños en el cine Smallfoot.

Smallfoot un musical digno de ver

Salvando las distancias, porque he citado peliculones, Smallfoot me sorprendió para bien por muchas razones. Empezando por la originalidad de la historia – ¿quién iba a pensar que el monstruoso y enigmático Bigfoot no estaba solo? – y acabando por la enorme carga musical que tiene la cinta.

La película está basada en la historia original de Sergio Pablos, animador y guionista español, en la que Migo, un joven Yeti, descubre que existen «los humanos», unas criaturas a las que llaman Pies Pequeños y que hasta el momento sólo formaban parte de las leyendas de su pueblo. ¿Os suena la historia? XD Efectivamente, es el mundo al revés.

Un día por casualidad Migo se cruzará con una da estas misteriosas criaturas y, acompañado de sus amigos, decidirá emprender un viaje para conocer toda la verdad sobre ellas. ¡Y vaya si lo conseguirá!

Hasta aquí podría resumir que se trata de un largometraje cargado de simpatía, música, gags de humor muy logrados… pero no es solo eso. La cosa va más allá.

Pese a que creo que podían haberle sacado muchísimo más jugo y que el mensaje no acaba de estar bien ligado en Smallfoot existe un trasfondo en el que se invita a los pequeños a no conformarse con las cosas. Digamos que los protagonistas pasan por una fase de inconformismo – casi ideológico – antes las normas establecidas por la sociedad. Para mí un gesto más que loable pero que no acaba de cuajar.

Eres feliz si no piensas y sigues al rebaño, la verdad absoluta es la que te han contado, no cuestiones el orden establecido… Estoy segura de que no entiendes nada de lo que te cuento pero cuando veas la película me darás la razón y me encantará que dejes tu comentario.

Loable el gesto de ir un poco más allá, estilo de Del Revés,  pero a mí no llega a enamorarme.

Aun así ¡no hay que desmerecerla!, ni mucho menos. De verdad que merece la pena ir a verla. Bueno ya me dirás si estás de acuerdo 😉