Amparo e Isak decidieron casarse en El Toro; un pueblecito de Castellón con menos de 300 habitantes donde Vicente, abuelo de la novia, construyó una casa con sus propias manos. ¿Qué mejor lugar para reunir a la familia y a los amigos?, pensaron.
Se pusieron manos a la obra y buscaron cómo decorar la boda manteniendo un equilibrio con lo que querían: ser artífices de absolutamente todos los detalles y que económicamente fuera asequible.
Lo que en un principio parecía obvio y fácil se convirtió en una larga búsqueda de estilos. Querían algo que les identificara y a la vez fuera original…
Un día investigando por internet Amparo encontró la solución: Una leyenda japonesa dice que si haces 1.000 grullas de origami puedes pedir un deseo y se te cumplirá. Así que, como vais a ver, la idea de las grullas se convirtió en el símbolo de la boda y acabó formando parte de todas las cosas importantes…

– La invitación
Diseñada por la hermana del novio (toda una artista) y hecha a mano y personalizada una a una!

Bienvenidos
Nada más llegar había una mesa de bienvenida precedida de un árbol con varios carteles indicando las diferentes áreas de la boda.

Los invitados podían elegir su un pin de grulla en varios colores además de proveerse de arroz, confetti, pañuelos para las lagrimitas…

Zona Chill-out y libro de firmas
Separadas de la zona de celebración habían dos rincones muy especiales. Una mesa pensada para dejar un mensaje personal para los novios y una zona donde sentarse de manera más relajada a charlar un rato.




Uno de los detalles que no debería faltar en ninguna boda es el kit de «emergencias». Siempre viene fenomenal tener a mano crema solar, tiritas, hilo y aguja, quitamanchas… Los novios decidieron ponerlo en una cesta de mimbre que mantenía el toque campestre del sitio.

El altar
Como no podía ser de otra manera cientos de grullas engarzadas con hilo de pescador y rodeadas de una pared de tul blanco formaban el altar. Además esas grullas habían sido elaboradas a mano por los novios y sus familiares meses atrás. De hecho aprovechaban cualquier reunión para sacar cartulinas de colores y hacer grullas. ¿Habéis visto alguna vez un altar más personal?


Detalles
Hasta el fajín de la novia llevaba bordadas de forma discreta grullas…

Para acabar no quiero dejar de enseñaros a los preciosos sobrinos de los novios que acompañaron a Amparo al altar con un cartel muy especial. Fue un detalle sorpresa que emocionó al novio e hizo sonreír a todos los presentes.

¿Qué os ha parecido? Original ¿verdad?… ¿Os animáis a cumplir vuestro deseo haciendo 1.000 grullas de papel?

Gracias

La boda perfecta es, para mi, aquella en la que te sientes como en casa; ya seas
la novia o la prima de la hermana de la madre de la novia. 
La boda de Amparo e Isak fue así y tuvimos el honor de asistir. Gracias amigos porhacernos partícipes de aquel día maravilloso. Te quiero Ampariues.