«No hay que vestir a las niñas de princesa», leía hace meses en un artículo de una conocida columnista. El texto argumentaba que fomentar este tipo de ilusión de cuento de príncipe azul a las pequeñas era sexista y que les hacía un flaco favor a las pequeñas. Además, añadía, es mejor fomentar su independencia, inteligencia, creatividad artística, etc.
El artículo me hizo reflexionar e intentando averiguar de qué lado me iba a posicionar yo. Jimena es pequeña pero pronto llegará a la edad de J y a éste ya se le ve el plumero respecto a gustos: dragones, spiderman, coches, el color rosa y morado (por los que tiene verdadera obsesión a la hora de elegir color para lo que sea), piratas….
¿Qué iba a hacer yo? Ser de las que fomenta a las princesas o las que no ¡Con lo que me gusta a mi la factoría Disney!
Pues bien andaba yo dándole vueltas de manera un poco dramática, he de reconocerlo, cuando hace unos días vi en el supermercado a una niña vestida de una conocida princesa Disney comprando con su madre . ¡Mira! -pensé- una que sí fomenta los cuentos de princesas.
Por un segundo me ví tentada a parar a su madre y comentarle mi dolor de cabeza pero claro aún conservo algo de sentido común 😉 así que lo dejé estar y me concentré en mi lista de la compra.
Al ir a pagar ví que la niña y su madre estaban justo las últimas en una de las colas y pensé que era mi oportunidad:
– Hola.
– Hola.
– ¡Qué guapa vas!
– Gracias.
– ¿Eres la princesa Aurora?
– No, me llamo Lucía.
– Ah, perdona. Eres la princesa Lucía.
– No soy princesa, soy Lucía vestida de elegante y guapa.
– Si, estás guapísima.
Pese a que no es una transcripción total de la conversación supongo que entenderéis mi asombro al comprobar que esa niña de unos 6 o 7 años me dio dos lecciones en 30 segundos. No era la princesa Aurora, era Lucía. Y, vestía así no para ser princesa sino porque se veía guapa.
Princesa, aventurera, artista, guerrera, cantante, deportista… no importa si son ellas mismas. Así que he decidido fomentar a mis hijos que sean felices. Claro que está en mi papel de madre intentar ofrecerles todas las experiencias del mundo y hacerles personitas humildes, bondadosas y educadas pero sin querer ir a contracorriente.
Y como ahora mi idea de princesas me tiene obsesionada no hago más que fijarme en disfraces y atuendos varios por si Jimena decide dentro de unos meses sentirse bien siendo una princesa por eso cuando ví el trabajo de Sweet Marnie me quedé totalmente prendada.
Beatriz y Sandra son dos jovenes empresarias que en apenas 3 meses han hecho su sueño realidad: hacer vestidos y complementos de princesas para niñas.
Los diseños de Sweet Marnie son sencillos, elegantes y elaborados con telas de calidad. No son disfraces sino vestidos «para que nuestras pequeñas sean princesas de verdad cada día cuando juegan en su habitación, el día de su cumple junto a sus amiguitas, en la cena de noche buena con toda la familia o en la boda de la prima Alejandra…»
¿Verdad que son preciosos? A mi me parecen una maravilla.
Tonterías mis hijas son princesas desde que nacieron 🙂
Me ha encantado tu entrada. No se debe etiquetar a l@s niñ@s. Ni hacerles creer a las niñas que son princesas desvalidas que deben ser salvadas por un príncipe, ni a los niños que no pueden llorar porque los hombres no lloran y quedan mal delante de las niñas. Hay que tener mucho cuidado de como se actúa y como se habla delante de l@s niñ@s porque son pequeñas esponjas. Deben crecer con su propia autonomía y carácter, y sobre todo tener libre albedrío para decidir quienes quieren ser.
Un saludo!
Pues estoy totalmente de acuerdo contigo. La verdad es que nos empeñamos en etiquetar a los niños y lo que hay que hacer es dejarlos a su aire, que hagan básicamente lo que les apetezca en este sentido. Ya tendrán tiempo de tener que ir encorsetados. Que les gusta ser princesas, genial, que no, pues genial también.
Eso es una bobada…a ellas les encanta verse guapas, y no fomentas ni rrolloos de príncipe azul ni de mantenida!! Por favor son niñas!! Mis hijas tienen muchos vestidos de princesa les gustan mucho y la mayor ya casi tiene 10 y a pasado a otras cosas con total normalidad….y si te ka hubieras encontrado en el supermercado…ella si te hubiera dicho que era Aurora jjjjjj y su papá el príncipe Felipe. ….y lo feliz que ha sido ella mientras su padre jugaba con ella a princesas.. Eso no se cambia por nada..y ya te digo yo que ya no se por e disfraces ni piensa en príncipes azules la edad les hace madurar y las pone en otras etapas de la vida.
Me encanta tu post de hoy por q yo con tres niñas imagina…….
Tengo toooodossss los vestidos de princesas Disney( lo siento) me encantan a mí y a mis hijas algunos los tengo por dos por q las dos mayores querían el mismo, no me avergüenzo me encantan y a ellas también, les gusta jugar a ser Elsa y Ana o Ariel, pero luego mi hija Ximena juega con los playmobil ,los dragones o al fútbol y tan contenta y mi hija Lourdes se adapta a cualquier tipo de juegos, así que seguiré vistiendo a mis hijas como quieran mientras q tengan edad para ello y no me preocupo de temas sexistas totalmente pasados de moda en el siglo q estamos.
Eso sí ahora tendré q comprar estos maravillosos vestidos por q son una maravilla. Fantástico artículo Clara enhorabuena.