Este domingo se celebra el Día de la Madre en España. Hace tan sólo tres años y medio que soy madre y he de reconocer que cuando se acerca la fecha me pongo nerviosa esperando el regalo de mis hijos.
Una foto en un marcapáginas de un libro, un jarroncito de barro, una flor de papel… además del regalo que papá (por ahora) aporta, claro, y que me encanta recomendar sutilmente las semanas previas. Ya me entendéis 😉

La técnica de dejar pistas la he aprendido de mi madre. Yo también soy hija y año tras año mis hermanos y yo recogíamos las señales que mi madre nos dejaba. Hace dos días mi hermana pequeña y yo estábamos por la tarde hablando con ella sobre los planes de ese día… dónde comer, dónde ir después, ¿nos vamos al cine?, ¿necesitas algo en especial?… y entonces nos lo dijo: «Chicas este año no quiero regalo, ni salir a comer. Nos vamos a quedar en casa haciendo un menú un poco especial y quiero que donéis lo que os ibais a gastar a una ONG».

Mi madre nos siguió explicando que cada día veía como otras personas, entre ellas muchas madres y sus hijos, estaban sufriendo y que ella ese día quería recibir su regalo como madre y dárselo a otra madre que lo necesitara más. Como os podréis imaginar mi madre este año va a tener su regalo que se va a ir a Nepal gracias a Save de Children.

(Refugiados sirios – Foto Associated Press)

Todos los días ocurren desgracias grandes y pequeñas (Nepal, Siria, Gaza, España, tu barrio…) La importancia del acto de mi madre no es la ayuda en sí ya que lo hace muchas veces a lo largo del año por muchas causas y de diferentes maneras. Para mi la lección que nos ha dado es ser conscientes de la realidad que nos rodea siempre. Así que yo también me uno a esta iniciativa y mi regalo va a ser ayudar a otra madre que lo necesita.

¿Alguien más se une?