Hace unos días vimos Cars 3 (Brian Fee, 2017) el último acierto, pero súper acierto, de Disney.
A Juan le encantan los coches desde bien pequeño y se volvió loco con Cars 1 y Cars 2. De hecho, cuando estaba embarazada de Jimena tuve que hacer reposo absoluto y, como mi marido estaba fuera, Juan y yo estuvimos diez días en casa de mis padres hasta que nació la pequeña.
Esos días Juan estaba muy raro –no sé si porque estábamos fuera de casa, porque notaba que algo no iba bien, no sé– y mis padres se encargaban de estar con él todo el tiempo y atenderle pero Juan sólo se calmaba con los coches: veía Cars 1 y Cars 2 en bucle.
Luego esto pasó –¡afortunadamente!– y ahora nos apetecía muchísimo ver esta tercera parte, ya que a él siempre le ha gustado mucho.
¿Que por qué digo que es un peliculón? Porque para ser una tercera parte está muy bien resuelta, algo que no es precisamente lo habitual, es muy divertida y tiene más de un mensaje para más de una generación.
Cars 3: hagamos un poco de memoria
En Cars 1 (John Lasseter y Joe Ranft, 2006), Rayo McQueen es un joven cabeza loca que empieza a correr y que, a lo largo de la peli, madura y descubre el valor de la amistad gracias a su mentor, el Fabuloso Hudson Hornet, que había sido un número 1 en las carreras y ganador de tres copas Pistón.
Cars 2: Una Aventura de Espías (John Lasseter y Brad Lewis, 2011) es una secuela extraña porque, aunque el tema de las carreras está presente, sólo es el telón de fondo de la película.
Rayo McQueen participa en el Gran Prix Mundial pero, mientras, la grúa Mate se ve envuelta en una misión de espionaje internacional en la que también participan sus amigos junto a nuevos coches que son competidores, agentes secretos o villanos.
Así que lo primero que me gustó de la tercera entrega es que vuelve la competición como argumento central.
Rayo McQueen, ya mayor, se ve rodeado de jóvenes coches nuevos formados en nuevas tecnologías que le adelantan y se siente desplazado.
Tras un accidente aparatoso tratará de entrenar como los jóvenes, en el simulador que hay en el centro de entrenamiento de su patrocinador. Para ello, cuenta con la ayuda de Cruz Ramírez, su entrenadora, a quien no hace caso. Y es que Rayo está cegado por su idea de ganar una última carrera antes de retirarse.
Aviso: viene un spoiler, es decir, que os voy a contar el final de la peli, así que si no queréis saber qué pasa, saltad hasta el siguiente título.
Cruz Ramírez es una experta en tecnología que trabaja en Rust-eze y sueña con ser corredora. Trata de ayudar a Rayo McQueen en todo momento y cuando éste tiene que entrenar al modo tradicional, en los circuitos, ella le acompaña y juntos encuentran al mentor del Fabuloso Hudson Hornet (a quien conocimos en Cars 1).
Esta chica que, al comienzo, es sólo un personaje secundario cobra protagonismo al final, cuando Rayo McQueen, durante una carrera, se da cuenta de que ha de dejar paso a las nuevas generaciones. Entonces le cede su número 95 a Cruz Ramírez para que sea ella quien compita y él se convierte en su director de carrera. Finalmente, ella gana.
Insisto en lo bien armada que está esta secuela porque lo fácil hubiera sido que Rayo McQueen volviera a su posición de campeón y luego se retirara pero no.
La gran lección de esta peli es demostrar a los niños que hay que reconocer la valía de otras personas y ayudarlas a ganar, que no hace falta ser el protagonista siempre y podemos dejar que ganen otros.
Cars 3: los personajes principales
Por supuesto, Rayo McQueen es el protagonista absoluto, campeón de cinco Copas Pistón. El número 95 se enfrenta ahora a una nueva generación de coches que, tan arrogantes como él fue en su día, quieren arrebatarle la pole position. Saberse al final de su carrera le da miedo y, tras un grave accidente, quiere reaparecer, ganar y retirarse desde la cumbre.
Jackson Storm está formado en simuladores de alta tecnología y controla como nadie la velocidad. De la nueva generación de coches de carreras, es el mayor competidor de Rayo McQueen y gana carreras.
Cruz Ramírez es experta en tecnología en el Rust-eze Racing Center y lo sabe todo sobre simuladores y velocidad. Es una apasionada de las carreras, extremadamente positiva, y sabe cómo motivar a los coches a los que entrena sin morderse la lengua, ni siquiera ante el pentacampeón. Pone todo de su parte para ayudar a Rayo McQueen a recuperar su liderazgo y, en el camino, ella aprende cosas de la vieja escuela.
No creo que haya más secuelas pero si deciden hacer Cars 4 quiero que Cruz Ramírez sea la protagonista, que ya toca que más mujeres protagonicen películas animadas. Además, sabe hacerse un hueco en un mundo de hombres sin convertirse en uno de ellos, es positiva y sabe trabajar en equipo.
Como curiosidad, el número 95 es un homenaje al año en que se estrenó la primera película animada de Pixar, Toy Story. ¿Lo sabíais?
Aquí tenéis el tráiler de la peli, para abrir boca:
Y vosotros, ¿ya habéis visto Cars 3 ? ¿Os apetecía tanto como a nosotros? ¿Os ha gustado?
Yo la vi ayer con mis hijos y tengo que decir que coincido plenamente contigo. Yo me esperaba una película de relleno, para acabar de «gastar» la franquicia Cars, pero me encontré una película deliciosa, con un argumento sólido y me atrevería a decir emponderante. La recomiendo totalmente y estaría dispuesta a volver a verla…
Feliz verano!! ☀️
Que gusto leerte 🙂 A veces pienso que hablar así de una película de niños puede resultar ridículo para quien no lo vive igual jajaja